Ser parte de la tripulación de vuelo o pasajero ocasional, nos expone a un riesgo sobre el que normalmente no se hace ninguna prevención. Se trata de la radiación ionizante cósmica. La radiación externa (o radiación cósmica) es una forma de radiación ionizante que proviene del espacio exterior. Una cantidad muy pequeña de esta radiación llega a la tierra. En las altitudes de vuelo, los pasajeros y los miembros de la tripulación están expuestos a niveles más altos de radiación cósmica. Las exposiciones a la radiación cósmica en aviones incluyen: 1) radiación cósmica galáctica, que siempre está presente y 2) eventos de partículas solares, a veces llamados «erupciones solares». Un reciente estudio publicado por la Escuela de Salud Pública de Harvard realizado sobre 5366 tripulantes de aerolíneas, demostró que el riesgo de diferentes tipos de cáncer está aumentado comparado con la población común. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de USA advierte que no se conocen los limites mínimos seguros de exposición a la radiación cósmica, por lo que hay que evitar viajar si crees, estár embarazada, o con recién nacidos en etapa de lactancia.
Como lo indicado es prevenir el daño al ADN por las radiaciones cósmicas. Lo ideal es aumentar las defensas antioxidantes y disminuir el estrés oxidativo. Para ello, el Resveratrol 100 mg/día podría ser uno de los mejores aliados.
Prof. Dr. Raúl F. Pastor